viernes, 27 de septiembre de 2013

El interés emancipador



Como se mencionó en entradas anteriores, Habermas considera que aquellos intereses fundamentados en la razón son más verdaderos que aquellos que siguen la inclinación o el deseo. Para este autor, este interés puro o verdadero es el interés por la emancipación, la cual se relaciona con la autonomía y la responsabilidad. 

Según Grundy (1991), “la emancipación radica en la posibilidad de emprender acciones de manera autónoma” (p. 158). Es el acto por medio del cual cada quien descubre su propia voz. Esto solo puede darse en condiciones de justicia, libertad y justicia y permite liberarse de dependencias dogmáticas, del control de la ideología dominante.

A este interés le concierne la emancipación como realidad social, no como logro individual. Grundy (1991) explica esta idea al señalar que ésta, la emancipación, “sólo es posible en el acto de la autorreflexión (o sea, cuando el yo se vuelve sobre sí mismo), aunque en último término la emancipación es una experiencia individual si ha de tener alguna realidad, no constituye sólo una cuestión individual. A causa de la naturaleza interactiva de la sociedad humana, la libertad individual nunca puede separarse de la libertad de los demás” (p. 35).

Este interés busca la emancipación como realidad social y no como logro individual.


Partiendo de estas ideas, el interés emancipador da lugar a una acción que se caracteriza por ser autónoma, responsable, basada en prudentes decisiones informadas por cierto tipo de saber. La preocupación primordial de este interés es la potenciación, la cual capacita a las personas (de manera individual y grupal) para que se hagan cargo de sus vidas de forma responsable y autónoma.

Este interés genera diferentes tipos de saber, como el de las teorías críticas (tal es el caso por ejemplo de la teoría freudiana, el marxismo  o la teología de la liberación) y la intuición auténtica.

Para explicar este interés, Grundy utiliza como punto de partida los planteamientos de Paulo Freire. Para Freire, los participantes del aprendizaje deben tener una participación activa, su experiencia educativa debe ser significativa para ellos y el aprendizaje debe orientarse en sentido crítico. Freire criticó la educación basada únicamente en llenar de contenidos a los estudiantes. A este tipo de educación la llamó “bancaria” y en ella se puede distinguir el interés técnico expuesto anteriormente. En cambio, Freire aboga por una pedagogía crítica y liberadora, la cual persigue el interés emancipador.

Por otra parte, es importante explicar que los dos tipos de intereses anteriormente expuestos no tienen como objetivo la emancipación. En el caso del interés técnico, éste no facilita la autonomía ni la responsabilidad porque se preocupa por el control y esto solo facilita la autonomía de unos y no del colectivo. Se trata de una falsa autonomía porque considera a los demás como objetos. No es un interés puro, pues surge de la inclinación y no de la razón.

El interés práctico tampoco busca la emancipación. Aunque en él se le da importancia al significado y a la comprensión consensuada, las personas pueden verse engañadas, aunque la comprensión a la que se llegó provenga de exposición y debates abiertos. Puede suceder que el consenso puede ser una forma de manipulación, que los participantes se engañen acerca del significado real de la situación o que el consenso en realidad favorezca intereses poderosos.

El interés emancipador es incompatible con el interés técnico, pero sí compatible con el práctico, ya que puede (aunque no necesariamente sea así, porque es una posibilidad) convertirse en uno emancipador. Para esto se necesita “una transformación de la conciencia, es decir, una transformación de la forma de percibir y actuar ‘en el mundo’” (Grundy, 1991, p. 140).

Un curriculum basado en el interés emancipador va a tender a la libertad, lo que se evidenciará en la concepción de estudiante, profesor, contenido o conocimiento y práctica pedagógica. A continuación se amplía cada uno de estos componentes, de acuerdo con este interés.

El estudiante

  • Bajo el interés emancipador, el estudiante deja de ser un receptor para convertirse en participante y creador activo de la construcción del conocimiento, por lo que su aprendizaje se hace significativo.
    El estudiante es participante y creador activo en la construcción del conocimiento.
  • Esta significación proviene del diálogo y la negociación entre profesor y alumno desde el inicio del encuentro educativo.
  • A través de este proceso, el estudiante no solo construye su aprendizaje, sino que se compromete a reflexionar críticamente acerca de su conocimiento. Así, llega a conocer de manera teórica y de acuerdo a su propia vida cuándo lo que le proponen son visiones deformadas del mundo (por ejemplo, reconocer puntos de vista que perpetúan los intereses de dominación).
  • Y además, se implica en una acción que trata de modificar las estructuras que coartan la libertad. Por lo tanto, el estudiante debe unir autorreflexión y acción, sin separarlas entre ellas.
  • El estudiante también puede enseñar, ya que se encuentra en una relación dialógica entre profesor-alumno.

El profesor

  • Es creador activo de la experiencia educativa.
  • Junto con sus alumnos, participa activamente de la construcción del conocimiento. Esto implica que él no es el único que enseña, pues los estudiantes pueden hacerlo también.
    El profesor debe promover el diálogo entre todos.
  • Mantiene una relación dialógica entre él y sus alumnos.
  • Promueve espacios de diálogo y negociación en el encuentro educativo.
  • Durante el proceso, llega a conocer teóricamente y de acuerdo a su propio punto de vista  cuándo las proposiciones son visiones deformadas del mundo (por ejemplo, puntos de vista que perpetúan los intereses de la ideología).
  • Une teoría con práctica por medio de la acción (la praxis), con el fin de modificar las estructuras que coartan la libertad, transformando su realidad de manera crítica y reflexiva. De esta manera, une autorreflexión y acción.
  • Fomenta aprendizajes significativos.
El contenido o conocimiento
  • Como lo plantea Freire, el contenido no es un regalo ni una imposición (como por ejemplo un plan por implementar), “sino más bien la representación organizada, sistematizada y desarrollada para los individuos de las cosas sobre las que quieren saber más” (Grundy, 1991, p. 144)
  • Los contenidos son negociados entre docente y alumno a partir de reflexiones sistemáticas entre los participantes de la experiencia educativa. El diálogo cumple un papel importante en este proceso.
  • Los contenidos se extraen de las experiencias y puntos de vista del docente y de los estudiantes, por lo que reconoce cuáles de ellas son problemáticas.
  • Proviene de un proceso activo en el que la planificación, la acción y la evaluación están relacionadas recíprocamente e integradas en el proceso.
  • El contenido del curriculum extrae su significación de sus comienzos, no de sus fines (como sucede en el interés técnico).
  • El control del conocimiento (tanto su producción como aplicación) está en manos de los participantes (docente y alumno).
  • Es teoría junto a la práctica. Ninguna existe por separado; tienen una relación reflexiva entre ellas. La teoría construye a la práctica y viceversa.
  • Todo lo anterior, lleva a una de las implicaciones más importantes del interés emancipador: El saber es una construcción social y, como es una construcción social, no es absoluto. 
El saber es una construcción social.

 

La práctica pedagógica

  • La práctica pedagógica bajo el interés emancipador permite que tanto docente como estudiantes se enfrenten juntos a las situaciones problemáticas propias de su existencia y de sus relaciones. Así, pueden darse cuenta de la opresión y tomar una postura crítica que debe llegar por medio de un proceso de discernimiento entre lo que es “natural” y lo que es “cultural”. (La opresión muchas veces funciona haciendo creer que “lo cultural” es “lo natural” y por lo tanto no se puede cambiar.)
  • La práctica pedagógica bajo este interés se convierte en praxis. La praxis “es el acto de construir y reconstruir  reflexivamente el mundo” (Grundy, 1991, p. 158). La praxis no consiste sólo en hacer algo y pensar sobre ello, sino que supone la libre elección para actuar de manera informada, reflexiva, responsable y autónoma.
    La práctica pedagógica se convierte en praxis.
  • Los elementos que constituyen la praxis son la acción y la reflexión. Por lo tanto, el curriculum se desarrollará a través de la interacción dinámica de la acción y la reflexión.
  • La praxis no promueve la emancipación individual a expensas de la libertad colectiva.
  • La práctica pedagógica es una forma de interacción. Grundy (1991) señala que “La praxis significa actuar con, no sobre, otros” (p. 147), comprendiendo y transformando el mundo.
  • La praxis reconoce que el significado y el conocimiento se construyen socialmente.En este proceso, el diálogo (la palabra verdadera) es un componente esencial, ya que permite alejar la cultura del silencio (en la que los oprimidos tiene n prohibido hablar) y más bien hace que sus participantes tomen parte de la transformación de la sociedad.
  • En la práctica pedagógica bajo este interés, se habla de enseñanza junto con aprendizaje; no aparecen por separado.
  • La práctica pedagógica bajo este interés es práctica liberadora: sus participantes se comprometen con la praxis.
  • Parte de una situación concreta, por lo que se desarrolla en el mundo real, no en uno imaginario o hipotético.
  • Reconoce que el proceso del curriculum es inevitablemente político, por lo que, en la praxis curricular está implícita la crítica de todo el saber.

1 comentario:

  1. En efecto, el interés emancipador, es el que considero que todas las personas que trabajamos en procesos educativos deberíamos aspirar a desarrollar en nuestras prácticas.
    Lo anterior porque no solo re-significa y re posiciona al estudiante y al docente en los procesos, como constructores del conocimiento ( tal como lo planteas en tu práctica educativa actual), sino que además enfatiza en los procesos y en la importancia y relevancia que los conocimientos tienen para la vida de las personas, desde cada una de sus realidades.

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